Caminaba calle arriba calle abajo, me miraban las parejas al pasar. Daba saltos para no pisar los charcos que la lluvia nos dejaba al despertar. Y no, no estoy loco, no. Solo lo parezco, de nada me arrepiento, no. Libre como el viento, si, será que ya no importa nada. Preocupados por el que dirán, por tener más que los demás. Prefiero no mirar atrás cuando camino en esta cuerda floja a la que llaman destino. Y vi pasar a un pájaro volar e imaginé viajar con el lejos de aquí. Cerré los ojos y dejé de respirar hasta que ya no pude más. Y cayó la noche casi sin darme cuenta, sin sentir frío y estaba solo. Bajo las estrellas, bailando con la luna, aullando por las calles como un hombre lobo.