Un viaje de placer en la Puerta del Sol, tomando un café y la detonación
Y un recién nacido sólo y desvalido se quedó, sus abuelos le cuidaron y creció con rabia y desazón
Muchos años son preguntándose cuál fue la razón, nunca la encontrará.
Para no sucumbir y no desfallecer, intentar no caer al ruido del silencio
Se iba a trabajar y salió al balcón, el coche estalló mientras decía adiós
Se elevó en llamas por los aires con él en su interior, se quedó paralizado viendo la cara del terror
Intentó no caer y no desfallecer para no sucumbir al ruido del silencio
Eso nunca trae, nunca trae la paz. Nuestro gran fracaso, la caída del hombre en trágico naufragio
Y un cartel: No existe el olvido, el olvido no existe
No existe el olvido, el olvido no existe
No existe el olvido, el olvido no existe
No existe el olvido, no existe
No lo conseguirán, hacernos callar. El olvido no existe, no se puede sofocar.
